sábado, 26 de mayo de 2007

PUNTOS DE INFLEXIÓN

No se si os fijásteis alguna vez, pero la historia, a la vez que tiene fuerzas irresistibles, (fenómenos que ocurren en cierto momento, pero si no ocurrieran en ese momento ocurrirían poco después inevitablemente) tiene tambien puntos de inflexión.

Le llamo punto de inflexión a un hecho, una acción casual, una decisión puntual, que cambia totalmente el curso de la historia, que si no ocurriese, el mundo o la parte que consideramos, sería totalmente diferente.

por ejemplo: si no estuviera el muro de 300 espartanos en las termópilas ¿llegaríamos a saber algo de la democracia griega, del clasicismo? ¿qué conoceríamos de Sócrates? No habría ningún obstáculo en toda Europa a las satrapías persas, ¿cuánto duraría ese sistema político? ¿cómo evolucionaría?.... Probablemente el mundo sería totalmente distinto.

Un caso más familiar y más cercano: Julio César era uno de tantisimos cónsules que había repartidos por la Gallia Togata, es decir, por la parte de la Galia influenciada culturalmente por los romanos y el ámbito mediterraneo. Pues bien, cuando estaba de cónsul en esas provincias, recibió a un cónsul helvecio (galo de la actual suiza) pidiendo permiso para desplazar su pueblo a través de la Galia Togata hasta el occidente galo donde se querían asentar. les dio permiso de paso.

El Julio César estratega se dio cuenta de que si atacaba a los helvecios, tendría un sustancioso botín, ya que éstos estaban pasando pacíficamente con sus familias y sus posesiones muebles.

sin pestañear ordenó el ataque. El botín fue tan sustancioso que desde aquel momento cualquier legionario romano aspiraba a luchar a sus órdenes.

Desde ese momento el ascenso de Julio César fue imparable.

Dada la situación de la Galia, la zona no romanizada tenía que caer inevitablemente, antes o después, la "Gallia comata" (literalmente Galia de los peludos o de los melenudos, es decir, de los bárbaros).

No obstante en la guerra de las Galias hubo 2 circunstancias que marcaron el rumbo de los acontecimientos.

cuando César se ausentó de la Galia para resolver en Roma las disputas por el poder, se produjo la gran rebelión, Vercingetorix (literalmente: el gran rey de los cien combates) se erigió jefe de todas las tribus. Pues bien, este jefe arverno demostró impecablemente sus dotes de buen estratega practicando la estrategia de la "tierra quemada" a la par de atacar las fuentes de suministro romanas, hubo un momento en la guerra que las fuerzas romanas estaban mermadas, sin alimentos. Faltaba seguir la estrategia: desalojar y quemar Alesia.

Pero Alesia además de ciudad era santuario. Un escrúpulo religioso impidió a Vercingetorix arrasar Alesia así que decidió fortificarse en ella.
Cuando llegaron allí las legiones, estaban en una situación desesperada: o tomaban Alesia o morían de inanición. De nuevo la estrategia de César tuvo sus efectos: sitió Alesia pero cavando dos fosos alrededor para impedir tanto la llegada de refuerzos como el ataque de los fortificados, de manera que pudiese tener tranquilidad para reestructurar la logística. El resto era cuestión de tiempo. La toma de Alesia significó el triunfo romano y la salida a la situación crítica que estaban padeciendo las legiones.


El otro punto de inflexión fue aún más caprichoso, por asi decirlo. Fue durante la rebelión de los Vénetos.
Los Vénetos eran un pueblo galo marítimo que tenía la mejor flota del atlántico, que se enfrentó a las galeras romanas. En esa batalla los vénetos tenían más y mejores barcos, embarcaciones recias que portaban velas de lino que las cambiaban por velas de cuero en los temporales.

Pero he ahí que durante la batalla... se paró el viento! calma total!
La táctica de Julio César fue usar la potencia de los remeros, acercarse a los barcos vénetos que no tenían remos y lanzarles garfios con cuerdas para desarbolarlos, finalmente proyectiles incendiarios. Fue el final de los vénetos como flota y como pueblo. La represión posterior no dejó supervivientes.

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